Samaná es una de las zonas más vírgenes de República Dominicana, quizá el secreto mejor guardado de la isla. Una península que ofrece todo lo necesario para sentirse parte de la naturaleza más salvaje. Santa Bárbara de Samaná es la principal ciudad con unos 51,000 habitantes.
Casi toda la economía de la provincia gira alrededor de los destinos de playa Las Terrenas, Las Galeras, Portillo, Cosón, Playa Rincón y Playa Bonita, sin quitarle mérito alguno a la cascada Salto El Limón.
Los grandes hoteles todo-incluido son la excepción en Samaná, pues desde sus inicios se ha mantenido como destino para el turismo independiente y, aunque el auge inmobiliario ha tomado bastante fuerza, los pequeños hoteles se mantienen como uno de sus principales atractivos.
Samaná es una provincia que impresiona por sus contrastes de verdes lomas y playas de arenas blancas. Es una gran península con más de 850 kms2, mucho más que la mayoría de las islas del Caribe, por lo que hay mucho que recorrer, incluyendo la plantación de cocoteros por metros cuadrados más importante del mundo.
Más aún, el gran desarrollo de comercios, restaurantes y locales de entretenimiento hacen de ella un destino muy atractivo donde los inmigrantes (franceses, alemanes, italianos, españoles e ingleses caribeños) han jugado un importantísimo papel en la gastronomía, en la cultura y en lo religioso. Definitivamente, es un destino a escoger por los que quieren unas vacaciones activas.
Del otro lado de la bahía, a unos 10 minutos de travesía marítima, se llega al proyecto eco-turístico Paraíso Caño Hondo con sus riachuelos por dentro. A Paraíso Caño Hondo se puede llegar en vehículo por el lado sur, por Hato Mayor, atravesando la Cordillera Oriental, y pasando por el pueblo de Sabana de la Mar.
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Artículo por abcViajes.